No es que nos sorprenda, pues hablamos de una institución, la Iglesia Católica, que en sus altas esferas ha creado escuela en lo que a homofobia se refiere, pero conviene recordar quién es la persona a quien dedicarán sus portadas los medios de todo el mundo en los próximos días: el jesuita argentino Jorge Mario Bergoglio, de 76 años.
Bergoglio ya creó polémica cuando en 2009 emitió un rápido comunicado declarando “ilegal” el fallo judicial que reconocía a una pareja del mismo sexo el derecho a casarse. La Ley de Unión Civil de la Ciudad de Buenos Aires (Ley Nª 1004) es el primer antecedente y el primer reconocimiento de las parejas de gays y lesbianas en Latinoamérica y el Caribe, aprobada en 2002.
De entrada constatamos que además de la homofobia nos encontramos con un desprecio flagrante a la legalidad. Y entonces, no contaba con la voz del mismísimo Dios fluyendo a través de su garganta.
En casi todas las televisiones escuchamos atónitos cómo se enfatiza el entusiasmo de los argentinos con la noticia, cual si de una final de la FIFA ganada en Maracaná se tratara…
Dudamos mucho que los familiares de los torturados y represaliados durante las dictaduras argentinas tengan mucho que celebrar: Bergoglio calló de forma escandalosa durante el juicio al represor Von Wernick, por citar un caso conocido. Christian Federico Von Wernick fue un sacerdote argentino de la Iglesia Católica Apostólica Romana que se desempeñó como capellán de la Policía de la Provincia de Buenos Aires durante el Proceso de Reorganización Nacional. El testimonio durante el juicio de uno de los policías implicados es escalofriante y merece la pena reproducirlo para entender lo que significa ignorar la justicia frente al “supuesto” mandato divino:
Se desciende a los tres cuerpos de los ex subversivos que en ese momento estaban vivos. Los tiran a los tres sobre el pasto, el médico les aplica dos inyecciones a cada uno, directamente en el corazón, con un líquido rojizo que era veneno. Dos mueren pero el médico da a los tres como muertos. Se los carga en una camioneta de la Brigada y los lleva a Avellaneda. Fuimos a asearnos y cambiarnos de ropa porque estábamos manchados de sangre. El padre Von Wernich se retiró en otro vehículo. Inmediatamente nos trasladamos a la Jefatura de Policía donde nos esperaba el Comisario General Etchecolatz, el padre Christian Von Wernich y todos los integrantes de los grupos que habían participado en el operativo. Allí el cura Von Wernich me habla de una forma especial por la impresión que me había causado lo ocurrido; me dice que lo que habíamos hecho era necesario, que era un acto patriótico y que Dios sabía que era para bien del país. Estas fueron sus palabras textuales...
La edad del nuevo Papa le sitúa directamente en ese periodo histórico, y esta elección supone de facto un refrendo a la Iglesia Argentina, cómplice de tantos asesinatos.
Como guinda y puede que como evidencia de que han triunfado los sectores más corruptos de la curia romana, su postura respecto a los escándalos de abuso sexual a menores cometidos en el seno de la Iglesia empezó siendo también la del silencio cómplice y amparador, de nuevo ajeno a la justicia de los hombres. Sólo cuando la cuantía y el horror de los escándalos desbordaron el tradicional secretismo de las cosas de la Iglesia, tantas veces culpabilizador hacia la víctima, Bergoglio se vio obligado a adherirse al comunicado de “profunda vergüenza e inmenso dolor” del arzobispo de Paraná al respecto del caso José Llaraz, un sacerdote acusado de 8 largos años de abuso de menores.
Algunas de sus declaraciones le retratan.
Sobre el matrimonio igualitario:
'No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios'.
'No se trata de un mero proyecto legislativo (éste es sólo el instrumento) sino de una 'movida' del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios'.
'Aquí también está la envida del Demonio, por la que entró el pecado en el mundo, que arteramente pretende destruir la imagen de Dios: hombre y mujer que reciben el mandato de crecer, multiplicarse y dominar la tierra'.
'Está en juego la identidad, y la supervivencia de la familia: papá, mamá e hijos. Está en juego la vida de tantos niños que serán discriminados de antemano privándolos de la maduración humana que Dios quiso se diera con un padre y una madre. Está en juego un rechazo frontal a la ley de Dios, grabada además en nuestros corazones'.
Sobre el aborto, que rechaza incluso en el supuesto por violación:
'Se percibe una vez más que se avanza deliberadamente en limitar y eliminar el valor supremo de la vida e ignorar los derechos de los niños por nacer'.
'El aborto nunca es una solución'.
Jorge Mario Bergoglio será de ahora en adelante el papa Francisco I, convendría que mantuviera en la cabecera de su sagrado lecho papal una de las frases más famosas de San Francisco de Asís:
“Entretenerse en buscar defectos al prójimo es prueba suficiente de no ocuparse apenas de los suyos propios.”
inoutpost.com - 13.03.2013
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