lunes, 11 de marzo de 2013

De tocar el poder a quedarse sin nada

 El secretario general del PSOE de Castilla y León, Julio Villarrubia. / Ana F. Barredo (EFE)


El PSOE intentó hacerse con la alcaldía y se quedó sin representación en el Ayuntamiento. Ese es el resumen del fiasco de la operación de Ponferrada, que, además, ha costado a los socialistas un alto precio en su imagen y dado oxígeno a quienes cuestionan el liderazgo de Alfredo Pérez Rubalcaba. Un municipio leonés de 68.000 habitantes, donde el PSOE tiene apenas 200 militantes y menos de 9.000 votos, ha tenido en jaque a la dirección federal del partido. Todo se hizo “error sobre error”, como ha reconocido ahora el propio Rubalcaba. Y el fracaso final es considerable.

El entorno del secretario general se esforzaba ayer en subrayar que la orden última de Rubalcaba se ha cumplido y Samuel Folgueral, el alcalde aupado al cargo con el voto de un condenado por acoso sexual, ha dejado el PSOE. “No habrá nunca un alcalde socialista apoyado por un concejal condenado por acoso”, había dicho el secretario general el sábado, 24 horas después de desautorizar, a toro pasado y empujado por el revuelo mediático, una operación que Ferraz había respaldado hasta que se consumó.

“Es verdad, metimos la pata. Pero rectificamos, y lo importante era que el alcalde o dimitía o dejaba el PSOE. Ha dejado el PSOE”, insiste el entorno de Rubalcaba. Con Folgueral, sin embargo, se han ido del partido los otros siete concejales socialistas, de modo que el PSOE se queda sin voz en ese Ayuntamiento. “El balance es malo, pero esto ya era lo de menos”, se resignan estas fuentes. “El error grave, el importante, es el inicial”: promover un pacto con Ismael Álvarez, el exalcalde del PP condenado en 2002 por acoso sexual en el caso Nevenka; probablemente, uno de los casos más emblemáticos en España —al menos, el más célebre— de la presencia de patrones machistas en los ámbitos de poder.

El sábado, Folgueral intentó hablar personalmente con Rubalcaba, pero este no se puso al teléfono. Lanzó su ultimátum al alcalde primero con un comunicado y después durante una entrevista en televisión, algo que ha sentado muy mal en la agrupación leonesa y que la dirección federal justifica así: “El interlocutor siempre ha sido el secretario de Organización, Óscar López. El secretario general no conocía los detalles de esta moción”. López es quien sale más dañado de todo el proceso porque es quien ha asumido toda la responsabilidad; no obstante, Rubalcaba tiene máxima confianza en él y ayer no contemplaba la posibilidad de apartarlo del cargo.

Y queda por saber cuál será la actitud de la agrupación socialista local de Ponferrada: si será la voz de Ferraz o apoyará a los concejales, ya exsocialistas, capitaneados por Folgueral. En la dirección federal aseguran que no está sobre la mesa disolver la agrupación y montar una gestora, pero fuentes del PSOE de Castilla y León señalan que esa opción “no se descarta” si la agrupación no se compromete a desvincularse totalmente de los dimisionarios.

elpaís.com - Vera Gutiérrez Calvo - Madrid - 10 MAR 2013


“Ferraz sabía lo que iba a ocurrir en la votación de la moción de censura”

El nuevo alcalde de Ponferrada, Samuel Folgueral, asegura que siempre exigió Ismael Álvarez, el concejal condenado por el 'caso Nevenka' que dimitiera tras la moción de censura



Samuel Folgueral (Ponferrada, 1963) es desde el viernes alcalde de Ponferrada. Se hizo con el Consistorio después de promover una moción de censura junto al grupo independiente del exalcalde popular Ismael Álvarez, condenado en 2002 por el caso Nevenka. Tras el revuelo mediático y la presión de Rubalcaba, Folgueral anunció ayer que él y los otros siete concejales socialistas abandonarán el partido para continuar al frente del Ayuntamiento. Pocos minutos después de hacerlo público, Folgueral habló, entre lágrimas, con EL PAÍS.

Pregunta. ¿Con qué razón justifica el acuerdo con Álvarez?

Respuesta. Es una cuestión matemática: ocho [concejales socialistas] más cinco [concejales del grupo de Álvarez] suman 13. Y 13 son más que 12. Eso permite estabilidad.

P. ¿Siente que está ética o moralmente manchado por aceptar el voto de un condenado por acoso sexual?

R. Ese es otro tema. Es una cuestión de procedimiento. Si una vez tomada la decisión hubiéramos tenido que esperar a que dimitiese, el alcalde [Carlos López Riesco, PP] podría dilatar el proceso y no convocar un pleno. Tuvimos la percepción de que eso haría inviable la moción. Además, esa persona [Ismael Álvarez] lleva ejerciendo labor pública desde hace dos años. La legislación no lo impide. Existe un vacío legal que no se nos puede achacar a nosotros. Gracias a nuestro acuerdo está fuera de la política.

P. ¿Sabían Óscar López y Rubalcaba que la moción se iba a aprobar con el voto de Álvarez?

R. Absolutamente. El PP le pedía que parara la moción. El partido era conocedor de la circunstancia.
P. ¿Cuál ha sido la exigencia de Ferraz?

R. Sinceramente, no lo sé. No he tenido ocasión de hablar directamente con Alfredo [Pérez Rubalcaba]. Ellos estaban por la idea de hacer ingeniería. Pretendían que yo dimitiera de alcalde y dejara a alguien en funciones. Entonces se convocaría un pleno para que entrara un nuevo edil [el sustituto del dimitido Ismael Álvarez]. Y a partir de ahí una nueva votación en la que yo volvería a ser elegido. Esa era la idea inicial hasta donde yo sé a través de la ejecutiva autonómica.

P. ¿Por qué no dimitió?

R. Yo eso no lo puedo hacer. No se lo puedo hacer a los vecinos de Ponferrada. Los pasos de la moción fueron correctos. En 2011 [tras las municipales] no presentamos candidatura para evitar ser un alcalde accidental con los votos de un partido con ese pasado [la condena por acoso sexual]. Durante estos 18 meses de inestabilidad siempre poníamos la misma condición: gobernar sin Ismael Álvarez. Luego se nos hizo una oferta y…

P. ¿La oferta [de la dimisión de Álvarez] se la hicieron o fue exigencia del PSOE municipal?

R. Absoluta exigencia nuestra. Mía y del partido.

P. ¿Habrían pedido ustedes la dimisión de Ismael Álvarez si Ferraz se lo hubiera pedido antes de votar la moción?

R. Puede ser. Es una hipótesis y no sé contestar. Nosotros estamos en la completa convicción de que todo se ha hecho como se tiene que hacer.

P. ¿A qué cree que responde la actitud de la dirección?

R. Han pasado y están pasando muchas cosas en este partido y a lo mejor se ha cogido este lugar para dirimir cuestiones internas.
P. Usted apoyó a Rubalcaba en el congreso federal donde salió elegido secretario general. ¿Se siente traicionado?

R. Encabecé la delegación provincial y lo avalé personalmente. Algo más de diálogo entiendo que tendría que haber.

elpaís.com - Esther Tejedor - Ponferrada - 10 MAR 2013

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