miércoles, 10 de noviembre de 2010

Hawking planta cara a Dios

Venimos de la nada. De un universo que lo contenía todo, y que se crea a sí mismo continuamente, sin la intervención de un Dios. Y la filosofía ha muerto. Estas son algunas de las conclusiones de Stephen Hawking en su último y polémico libro El gran diseño que ha escrito junto al científico Leonard Mlodinov. Aseguran que el Big-Bang es una consecuencia inevitable de las leyes de la física y no de ninguna mente superior.

El nuevo libro del científico británico llega ocho años después de su anterior éxito: El universo en una cáscara de nuez. El astrofísico escribe ahora que "dado que existe una ley como la de la gravedad, el Universo pudo crearse a sí mismo -y de hecho lo hizo- de la nada. La creación espontánea es la razón de que exista algo, de que exista el Universo, de que nosotros existamos. Para eso no es necesario invocar a Dios".

El profesor de Cambridge y autor de Breve historia del tiempo socava argumentos creacionistas. Afirma que el universo no sólo tiene una historia posible. Ante las preguntas que el ser humano alguna vez se plantea, como ¿cuál es la naturaleza de la realidad? O ¿de dónde viene todo lo que nos rodea? Hawking asegura contundente que la filosofía ha muerto porque "no se ha mantenido al corriente de los desarrollos modernos de la ciencia, en particular de la física. Los científicos se han convertido en los portadores de la antorcha del descubrimiento en nuestra búsqueda del conocimiento. El objetivo de este libro es proporcionar las respuestas sugeridas por los descubrimientos y los progresos teóricos recientes".

En ello juega un papel fundamental la que parece ser una teoría definitiva que acabe con el rosario de preguntas una vez que se da respuesta a una de ellas. Es la Teoría M, que "no es una teoría en el sentido habitual del término, sino toda una familia de teorías distintas, cada una de las cuales proporciona una buena descripción de las observaciones pero solo en un cierto dominio de situaciones físicas".

Según esa teoría M, nuestro universo no es único, sino que hay muchísimos universos más que no requirieron de la intervención de ningún Dios o Ser Sobrenatural. Y entra en juego las teorías de espacio-tiempo: "Cada universo tiene muchas historias posibles y muchos estados posibles en instantes posteriores, es decir, en instantes como el actual, transcurrido mucho tiempo desde su creación. La mayoría de tales estados será muy diferente del universo que observamos y resultará inadecuada para la existencia de cualquier forma de vida. Sólo unos pocos de ellos permitirían la existencia de criaturas como nosotros. Así pues, nuestra presencia selecciona de este vasto conjunto solo aquellos universos que son compatibles con nuestra existencia. Aunque somos pequeños e insignificantes a escala cósmica, ellos nos hace en un cierto sentido señores de la creación".

Hacia el final del libro Hawking y Mlodinov reconocen que las leyes de la naturaleza nos dicen cómo se comporta el universo pero no responde a las preguntas de por qué: ¿por qué hay algo en lugar de no haber nada? O ¿por qué existimos?. Y como saben que la respuesta de muchas personas puede ser un Dios que decidió crear todo, afirman que eso desviaría la pregunta a qué o quién creó a Dios. Es decir, volvemos a la pregunta eterna. Los científicos recuerdan, entonces, que nuestras respuestas obedecen o están limitadas por nuestra capacidad cerebral. "Tal como en nuestro universo, en el Juego de la vida la realidad depende del modelo que utilicemos".
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Publicado en EL PAÍS.com. el 7.11.2010


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